Un ecosistema se forma a lo largo de cientos, de miles o de millones de años, para las zonas más productivas, osea más lluvias, mayor disponibilidad de nutrientes o temperatura, la sucesión comienza en una tierra yerma, pasando a un pastizal y finalmente al bosque, esto es lo que sucede en la mayoría del planeta. Para cuantificarla hablaremos en términos de biomasa, que es la materia orgánica que se encuentra en un área determinada, tanto en la superficie como bajo ella. El estado primario de un ecosistema es el pastizal, y se asemeja mucho a una plantación forestal o aún agroecosistema, esto lo podemos visualizar a través de la productividad primaria neta de cada ecosistema. En el cuadro 1 vemos la producción primaria de los diferentes ecosistemas existentes en la tierra, al pradera templada produce 600 g/m^2/año y las tierras de cultivo 650 g/m^2/año, ambas producen en un rango similar, estando las tierras de cultivo próximo también a las arboledas y matorrales. Solo son diferentes en la biomasa acumulada por el hecho de que en las tierras cultivadas se extrae la mayoría de la biomasa, y solo en los arboles frutales queda biomasa acumulada, llegando las diferencias a ser un 50% más en relación a la pradera y 600% en relación a la arboleda y matorral (Fournier, 1993).
Bibliografía
FOURNIER L. (1993) Recursos naturales. Segunda edición. EUNED, San José, Costa Rica.